Resulta que la última iniciativa que tuve a mi cargo, le ahorró 3 millones a la empresa. Numeritos que refuerzan lo que ya he presumido en este blog: soy bien chingona. Por supuesto, de eso no me toca
n$a$d$a$ y ni siquiera me importa, ya que mis días en ese lugar -y esa actividad- están contados. Además, por la cantidad de lana que se mueve en el grupo, al dueño también le importa un carajo.
Y el asunto se vuelve aún más intrascendente cuando el
high moment del día es cenar tamales de Arteaga (con atole de guayaba) y caminar por el centro de la ciudad más bonita del planeta de la mano de mi hombre.
En serio pinche jefe, ¿Tu puedes hacer eso?

Visiten Querétaro de noche. El verano rompe madres.
7 comentarios:
Carajo, ya me antojaste de atole...
Saludos!!!
Moro
Welcome to Querétaro...
Si yo lo he dicho siempre... mi pueblito es la onda!... y el que diga que no es que ni lo conoce...
Saludos!
Recuerdo que antes de venir a vivir a este planeta, me preguntaron mis maestros que si me interesaba el dinero y les dije que no, que si me interesaba ser millonario, pero no en base al dinero, sino con experiencias, con conocimiento, con amor y porqué no, con sexo.
Felicidades por tus más de tres millones de sonrisas, las comparto y las disfruto,
Salud!
chida, aqui vivo también :)
augusto, por 3 millones mas!
chida, aqui vivo también :)
augusto, por 3 millones mas!
No mamar. Leí "tamales de Arteaga" y comence a salivar como perro de Pávlov.
Hace como 8 años que estuve viviendo en Querétaro, esos tamales y las tortas de Derecho eran lo mejor de la gastronomía callejera.
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