Y bueno, esta semana he andado en joda porque como que he estado chingue y chingue vía twitter, el sábado parto rumbo a New York, New York (tan tan tarara rarán tan tarara)
Además que ya traigo del nerviecito pre-viaje, ya comencé a "acomodar las fichas" para el cambio de octubre, por lo que mi pancita se convierte a ratos en una bomba molotov. Y por supuesto, siempre está el gen ñoño que no me deja faltar en el trabajo (bueno un poquito si para que me hago wey). Afortunadamente tomo vergacilina para bajar las ansias.
Quien sabe si por el mismo stress -o algún twittero envidioso me envió un mal de ojo (not)- me dio una enfermedad mocosa-inflamatoria-gargantil. O fue la lluvia de ayer. Definitivamente no fue el look despechugado de la noche del sábado. Pero ya estamos trabajando en eso.
Así que siguiendo con la presunción -porque soy bien chocante- les cuento el magnífico fin de semana que he tenido:
Rock viejito y progresivo en radio UAQ, bailar un premonitorio "Nothing gonna stop us" en la Encrucijada, la loca de
Life is good.
2 comentarios:
Waaa, eso es parte de mi imagen de vida perfecta: harto toquín chido a cada ratito.
¡Envidia de la buena!
Diviértete mucho en Niu Yor y no te olvides del jocho! ;)
(Qué delicia, te digo)
¡Dios mío, pero qué fotos tan impúdicas!... En mis tiempos las mujeres iban de su casa a misa y de misa a su casa. A veces salían con algún joven que las invitaba a la botica, a dar la vuelta a la plaza o a tomarse una limonada, y eso ya era libertinaje.
Esta juventud de hoy, snif.
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