Este blog personal estuvo activo de marzo de 2008 a julio de 2010. La continuación está en jeri4queen.blogspot.com

lunes, 8 de diciembre de 2008

Para que puedas sentirte vivo

¿Puedes oírme? ¿Puedes oir como grito? Desgarra la garganta de Dave Grohl justo al volver a tomar Bernardo Quintana. Le subo más. Acelero más. Un último respiro antes de que cierre los ojos. Los 313 megas de tu carpeta tocan en mi ipod y retumban en los vidrios de mi auto.

En esta noche madrugada de domingo quedamos muy pocos rondando la ciudad. Supongo que lo que lo hacemos impulsados por la adrenalina o cualquier sustancia que nos haga sentirnos vivos e ilusioramiente libres.

¿A poco no quieres? Mi mente brinca a esas noches del Love Parade alemán. De camisetitas sin brassiere, música electrónica y demasiados cuerpos moviéndose juntos en un cuarto pequeñito. Verano europeo, noche asfixiante, calor sofocante. El ambiente olía a sudor, a vino derramado, a hachís. Luces multicolores y colores chillantes hacían que esa masa amorfa de brazos, piernas y cabezas crearan un nuevo ser mitológico. Muchas, demasiadas manos acariciando mi cuerpo. Mujeres, hombres, ¿Acaso importaba? ¿No podemos darle al amor una oportunidad?

Freno en seco. Mi corazón se acelera con una percusión constante. La patrulla me pasa y la percusión en mi pecho y sienes se empata con Maps. Ellos no te aman como yo lo hago. No se si sea la madurez que da la experiencia o el timming de baterista, pero has adquirido maestría en mi cuerpo. Tú llevas el ritmo, y yo a ciegas, me dejo llevar. Mi cuerpo te responde con quejidos, líquidos y movimientos consecuencia del placer, de vivir. Pero tu no estas aquí, y yo tampoco quiero estarlo .

¿Puedes leer mi mente?. La percusión cambia por bits acelerados, y mi cabeza se abarrota de imágenes diferentes, de gente, fechas y nombres. De lugares, amaneceres y besos robados. De mil risas, viajes y sin sabores. Una gran película sobre fantasmas de mi pasado y un futuro que me asusta y que niego a aceptar.

Y los primeros rayos del sol se cuelan por los Arcos, aumentando esa sensación de seguir cayendo. Destrozando mis sueños, agonizando mis ilusiones. Por fin me acuesto sola en mi cama y, como las notas tristes y largas que salen de un bandoneón, vuelve el mareo , recordándome que aunque yo no me sienta viva, algo en mi si lo está.

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