Este blog personal estuvo activo de marzo de 2008 a julio de 2010. La continuación está en jeri4queen.blogspot.com

martes, 2 de febrero de 2010

Dimensión conocida

Fue como de pronto estar en una dimensión desconocida o en una viñeta de “Y”.

Andaba yo tristeando por Barranca del Muerto (línea 7 del metro chilango) y no me di cuenta cuando me metí en el área destinada exclusivamente para viejas. Ya sabía que existía ésta área, pero no sabía que estaba tan delimitada. Hasta policías hay para evitar que se cuelen pitos, figúrense nomás.

Tan en mis ondas andaba yo que no me di cuenta durante la espera del vagón que había puras mujeres esperando. Así pasaron 3 estaciones y vi estaba entre puro estrógeno; aún así, no me cayó el veinte. “Raro, muy raro” pensé. Entonces me puse a ver a las mujeres para tratar de inventar un cuento.

Había una, elegantísima de falda y blusa a rayas, con un taconazo de 7 o 10 centímetros cargando a su hijote de 4 años que se había quedado dormido. Una viejita (que antes me había preguntado si Tacuba estaba en esa línea) con el güero pintado deslavado sonreía y leía un panfletito. Una señora en sus cincuentas chaparrita, de pelo corto y negro, delgada pero panzona que llevaba el nietecito de la mano y platicaba con él durante tooodo el trayecto. Otra mujer, como de mi edad también traía una niña peinada a dos colitas que cargaba con su mochila en la espalda y comía una paleta de dulce. Como el nieto de la señora flaca-pero-panzona se le quedaba viendo, la mujer en sus treinta le regaló una paleta, que el apenado niño se reusaba a tomar. Muy animadas y de problemas laborales/educativos platicaban dos postulantes a doctor en medicina. Una no usaba nada de maquillaje y la otra lo tenía sobre cargado.

Por supuesto, no inventé ningún cuento de Chilangolandia sin hombres, la realidad es siempre más significativa.

Entre tanta vieja me sentí tranquila, protegida. Ya sé que siempre ando despotricando contra las mujeres (y contra el DF) pero hay veces que necesitas ese tipo de redes para no caer.

Por eso, este fin… ¡a Monterrey! (espero)

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